Caprichos estéticos o De las cosas que me gustan.
Parte dos.
Anclas.
No se conoce el origen de mi gusto y/o admiración por las anclas. Mi familia no esconde tradiciones maritimas ni navales. No vivo cerca del mar, me mareo con facilidad en los botes, pero me encantan las anlcas y todo el cotillón .
Mi cámara de fotos no se resiste a retratar cuanta ancla encuentre en el camino. Escondo tatuada un ancla y una estrella naval en alguna parte del cuerpo. Una de mis novelas favoritas transcurre en un barco. Y si! cuando veo una tela que contenga anclas, timones o brújulas las pesco del escaparate sin dudarlo.
Una tarde, en un mar crispado de scrap, el Chule (*) diviso entre la marea de tela una pieza blanca con anclas rojas, grises y azul profundo.
-¿Viste esta? - me pregunto con picardía.
- ME GUSTA - le dije sin poder levantar el pulgar, porque ya la tenía entre mis manos.
Un tiempo atrás ya había incursionado en vestidos a-line con estampas marítimas, pero después de este hallazgo no solo me límite a vestidos, sino que habiendo practicado lo suficiente con tejidos elasticos (algodón, jersey, modal, etc), incluí blommers, camisetas y faldas.
Dos equipos que se disfrutan de proa a popa y de babor a estribor.
A la izquierda: Un set muy conveniente para isar velas.
A la derecha: un equipo que permite tanto pasear por la borda como por el puerto mas próximo.
El aliado: rojo y blanco a rayas.
Ocasionalmente: incluir piezas tejidas para completar el outfit.
La cuenta pendiente: cuellos marineros.
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(*) Aquí con el Chule navegando las aguas del río de La Plata camino a Uruguay en marzo de 2015.
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